La epicondilitis lateral, en general conocida como codo de tenista, es una afección dolorosa de los tendones que se unen al hueso en la parte externa (lateral) del codo. Los tendones sujetan el músculo al hueso. El músculo involucrado en esta afección, el músculo extensor radial corto del carpo, ayuda a extender y estabilizar la muñeca (véase la Figura 1). Con epicondilitis lateral hay degeneración de la unión del tendón, lo que debilita el sitio de sujeción y aplica una mayor tensión en el área. Esto puede conducir a un dolor asociado con las actividades en las que este músculo entra en acción, como levantar pesos, agarrar o sujetar. Los deportes tales como el tenis suelen estar asociados con esto, pero el problema puede ocurrir con muchos tipos de actividad diferentes, ya sean deportivas o no.
¿Qué la causa?
Exceso de uso: la causa puede estar o no relacionada con la actividad laboral. Una actividad que aplica tensión en las uniones del tendón, a través de tensión en la unidad del músculo y el tendón extensor, aumenta la tensión sobre el tendón. Estas tensiones pueden deberse a agarrar una raqueta demasiado grande o a actividades de agarre y sujeción “repetitivas”, como p. ej. cortar carne, trabajos de plomería, pintura, tejido, etc.
Traumatismo: un golpe directo en el codo podría provocar la inflamación del tendón, lo que podría producir una degeneración. Una acción, fuerza o actividad extrema repentina también pueden lesionar el tendón.
¿Quiénes lo padecen?
El grupo etario más común que sufre esta afección es el de personas de entre 30 y 50 años, pero puede ocurrir en grupos etarios más jóvenes y mayores, y tanto en hombres como en mujeres.
El dolor es el motivo principal por el cual los pacientes acuden a una evaluación médica. El dolor se encuentra sobre la cara externa del codo, sobre la región ósea conocida como epicóndilo lateral. Esta área se vuelve sensible al tacto. El dolor también se produce por cualquier actividad que aplique tensión al tendón, como asir o levantar pesos. Con la actividad, el dolor suele comenzar en el codo y extenderse por el antebrazo hasta la mano. Ocasionalmente, cualquier movimiento del codo puede ser doloroso.
Conservador (no quirúrgico)
Cirugía
La cirugía solo se considera cuando el dolor es incapacitante y no responde a la atención conservadora, y los síntomas han durado más de seis meses. La cirugía implica la extirpación del tejido del tendón enfermo y degenerado. Existen dos abordajes quirúrgicos posibles: la cirugía abierta tradicional (incisión) y la artroscopía, un procedimiento que se realiza con instrumentos que se introducen en la articulación a través de pequeñas incisiones. Ambas opciones se llevan a cabo en un entorno ambulatorio.
Recuperación
La recuperación de la cirugía incluye fisioterapia para recuperar el movimiento del brazo. Puede que sea necesario un programa de fortalecimiento a fin de retomar las actividades anteriores. Es de esperar que la recuperación dure de 4 a 6 meses.